Luisperezgran



De nuevo las hojas del calendario se tiñen de tristeza. La fecha del 15 de junio de 2009 permanecerá siempre unida a la desaparición de un portuense ejemplar, de un trabajador que atento a los aconteceres de nuestra ciudad desde el fidedigno comercio Las Novedades, en pleno casco histórico: de nuestro convecino Pepe Pérez Sánchez. Aunque desde hace años son su hijo Miguel y su esposa quienes regentan, de una manera especial, el negocio, Pepe acudía presto cada día a saborear las mieles que llevaba cosechando tantos años. Su figura, elegante y seria, oteaba el horizonte de su calle Larga, que le vio crecer. Y con ternura y buen oficio aconsejaba hacía donde debía dirigirse el barco de Las Novedades.
Los portuenses, dados a inmortalizar apodos y sobrenombres nunca llamamos al comercio de Pepe como rezaba en la publicidad de la época: 'Las Novedades, Quincallería y Perfumería'. Al menos en mi memoria, aún resuena la voz de mi madre: esta tarde vamos al refino de 'Luisperezgran' y seguro que encontramos eso.
El refino de Luis tenía que ver con el tío de Pepe, Luis Pérez Grant. Tanto empeño y dedicación han tenido sus propietarios a lo largo de estos 100 años de dilatada historia comercial portuense, que son muchos los reconocimientos recibidos. La Cámara de Comercio de Cádiz otorgó en la I Edición de los Premios Tradición y Modernidad en el Comercio el Premio de Categoría de Oro y en el año 2003 recibe del Centro Municipal de Patrimonio Histórico un diploma que acredita su aportación al patrimonio local. Familiarmente no tengo por menos que recordar las veces que los Reyes Magos pasaban por 'Luisperezgran' antes que por mi casa. Allí, frente a Moresco y Salvatierra, abríamos bien los ojos y contemplábamos en esos improvisados escaparates de las puertas, los juguetes apiñados. Y apuntábamos en la memoria lo que poco después pedíamos en las cartas. Recuerdos entrañables que ahora afloran, cuando la pérdida de Pepe se hace notar. Ya no permanecerá vigilante en la tienda, ni volveremos a cruzar con él ese saludo entrañable. Entre nosotros persistirá su innegable contribución a nuestros sueños de niños, esos que nos acompañarán y que nos marcaron. Gracias Pepe.
Enrique Bartolomé

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