Lamentable


No lo entiendo. Por mucho que me lo expliquen, y a pesar de la más que deficiente organización, no concibo que el acto de celebración de los 30 años de Ayuntamientos democráticos fuese tan desangelado en El Puerto.
A uno le cuesta trabajo criticar, cuando compañeros y columnistas sólo aciertan a enumerar palabras de agradecimiento, o en el peor de los casos a ensalzar lo que se hizo bien en estos 30 años de democracia municipal. No quiero ser agorero, ni voy a entrar a valorar una vez más lo que se hizo o no se hizo bien. Las urnas dieron ya su veredicto. Y gracias a Dios, lo seguirán dando. Ellas y los votos que contienen ponen y quitan lo que haga falta.
Pretendo subrayar el triste espectáculo que dieron el pasado domingo los más de 150 concejales que hicieron 'mutis por el foro' y ni siquiera se dignaron a explicar su no asistencia al acto que con motivo tan digno se celebrase en el Monasterio San Miguel. Excuso, por supuesto, a aquellos que no recibieron la invitación y a esos otros que por motivos fundados, les fue imposible acudir. Los pocos más de 20 concejales que fuimos de anteriores corporaciones, acudimos a apoyar con nuestra presencia el significado democrático que tienen las corporaciones municipales y a decir una vez más que estamos por encima de la política y de sus connotaciones cuando se trata de sumar con nuestro testimonio.
Fue sin duda una ocasión más, desperdiciada por muchos, para hacer patente que nos importó y nos importa el devenir de nuestra ciudad. Que nos duele El Puerto, y que respetamos a los portuenses, ¡vaya!
Mientras hablaba el que fuera alcalde, Rafael Gómez Ojeda, y al rebufo de su recuerdo, tras las intervenciones de los distintos portavoces municipales, repasaba con detalle aquellos 4 años de concejal. Me venían a la memoria multitud de anécdotas e intensas jornadas de trabajo en beneficio de aquellos que me habían votado. Porque querámoslo o no fuimos meros representantes de los ciudadanos.
De vuelta a la realidad, la contemplación de los sillones vacíos me hacía reflexionar: la apatía, la falta de ilusión por la política, la creciente abstención. Lo que el domingo ocurría era un fiel reflejo de la hoy desangelada sociedad española.
Enrique Bartolomé

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