Bajarse al moro
Hurgando, como suelo hacer cuando no quiero quedarme en la superficie, en las múltiples posibilidades del Archivo Histórico Municipal de nuestra ciudad, (de la mano del incondicional Pepe Buhigas), me encuentro con un suculento trabajo llevado a cabo por el historiador local José Ferrer Andrade, cuyo título: ‘Las gentes de levante y su relación con la pesca en El Puerto de Santa María a mediados del siglo XX’, viene al pelo con estos días de Feria de Primavera, que dedicamos a Alicante. Vaya oportunidad. Menuda exquisitez. Toda una oportunidad para aquellos que quieran ahondar en nuestras fraternales relaciones con los levantinos.
Me llamaron sobremanera dos matices. Mejor dos
frases: la modalidad del ‘Bou’ y ‘bajarse al Moro’.
Del ‘bou’, supe que fue entre otras cuestiones, la
modalidad de pesca que atrajo a los pescadores alicantinos a nuestras costas.
No era otra cosa que la pesca de arrastre, que con maestría utilizaban los
marineros portuenses. Las gentes del levante peninsular, en su mayoría
Calpinos, llegaron a ver en El Puerto una nueva tierra de promisión, y aquí se
quedaron.
En cuanto a ‘el Moro’, que es como se conoce en el
argot marinero a la costa norteafricana que va desde el Estrecho de Gibraltar
hasta Cabo Cantim, atrajo igualmente a esos ávidos marineros alicantinos.
Buscando el lugar pesquero más apropiado, vinieron hasta el sur y acuñaron una
frase muy popular, llevada incluso al celuloide, que encierra tras de ella
multitud de recuerdos y vivencias: ‘Bajarse al Moro’.
Cambiando impresiones con un sabio marinero
alicantino, al que acudí para palpar con más cercanía nuestras hermanas
relaciones, me hizo, lo que para mí fue una revelación, y que cito
textualmente: “Un poco más arriba de
‘allá abajo’ (frontera natural del Sahara con Mauritania), se encuentra lo que
en su día fuese el paraíso, hoy casi perdido, de la pesca: ‘el Moro’, y para
ello hay que bajar. Pues bien, sin más dilaciones y con el ánimo festero,
‘Bajemos al Moro’. Buena Feria.
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